7 de agosto de 2006

Metalway 2006 (5ª parte)

La tarde del sábado se presentó con poca proyección de futuro, ya que el escenario lo dominaron bandas tan extremas como sosas, como Dark Funeral, Metal Church y My Dying Bride. Esa música no me dice nada. Death, Trash y Black Metal nunca han sido llamativos para mí, y después de un día entero lleno de bandas de este estilo, me he dado cuenta de que no me van en absoluto.

Estabamos en el punto de encuentro, cerca de la carpa de firmas cuando ésta se abre para los fans de Axxis, y uno de mis amigos fue a fotografiarse con la cantante buenorra. En esto se me ocurrió que a mi amiga (y co-creadora de esta web) Pamkiller a la que le encantan los Axxis le haría una ilu tremenda tener unos autógrafos de los susodichos, por lo que me pongo a pedir una firmita aquí, otra allá. La nota de humor la puso uno de los componentes que no acertó a escribir el nombre de mi amiga por mucho que se lo deletreara en inglés ¡Si solo son tres letras, hijo mío! Después de escribir el nombre varias veces acertó con la letrita en cuestión que no entendía. Luego me enteré que tenía fama de sordo-gordo por lo que mi frustración inicial se disipó enseguida. Uno de ellos me firmó en el brazo (además de en la libretilla) y yo salí toda contenta con mi firma cual tatuaje en el brazo (sigo sin saber quién coño me firmó) y un papel con el resto de los autógrafos para Pamkiller.

Durante un concierto de música bruta (usease, Black-Death-Trash y demás) conocí a unos chicos de Bilbo (¡ayvalahostia!), uno de los cuales quiso convencerme a toda costa de que me gustara la música extrema, que el power metal o metal alemán estaba pasado de moda, y que lo que pedía mi cerebro era una buena dosis de esa música (a mí me parece ruido y mal gusto en casi todas sus vertientes, pero es mi opinión personal que no universal), asi que tuve que contraatacar con David Bisbal y convenciéndole de que es el mejor cantante que ha podido dar la música española (¡no me lo toméis en serio, chicos, que el tono irónico viene por descontado!). El muchacho pilló la intención y dejó de darme la vara. Además, para gustos los colores, no te jode.

Hasta que no tocaron los Gamma Ray casi no me enteré de los grupos, ni siquiera de los aclamados Testament. Durante su concierto estuvimos un grupillo de cuatro personas tumbados en el suelo charlando sobre cómo iba el festival y de lo que esperábamos al día siguiente, para nosotros el día grande.

Y llegó el momento de Gamma Ray, grupazo allá donde los haya. Tengo que decir que Hansen y compañía nunca me han llegado a calar a fondo. Me gustan, son power-metaleros y toda una leyenda, pero no sé lo que tiene Kai que desde que dejó Helloween no me ha vuelto a llamar como otras bandas lo hacen. Tengo sus discos, los escucho una y otra vez, hay canciones que me encantan, pero.... va a ser que no. Se podría decir que no me hace vibrar como otras bandas.

Dejando a un lado este pequeño comentario, vamos al espectaculo que dieron, que no es poco. Hansen sabe jugar con el público como nadie ¡Cómo se notan los 20 años de experiencia dentro del mundillo de la música! En cuestión de concierto hay que decir que esa noche no fue la suya. A veces demasiado frío, incluso me atrevería a decir que casi desconectado. Las guitarras sonaron bajas, aunque no demasiado, y la voz de Kai sonaba bien pero sin ganas, y diría que en alguna canción se comieron algo. El grupo goza de gran profesionalidad y supieron terminar el concierto con una nota aceptable.

"I want out" fue increíble, como siempre, pero ya de por sí esa canción es tan buena que incluso mal cantada suena bien. Pero no sonó todo lo bien que debería aunque estuve botando como la que más entre el barullo derecho intentando atisbar un poco de la guitarra de Kai entre tanto cabezón. Y es que siempre tengo la puta casualidad de atraer a tiarrones enormes que se ponen delante de mí y que no me dejan disfrutar los conciertos como Dios manda.

Cuando terminó nos dirigimos al punto de encuentro, pues nos habíamos dividido en varios grupillos para disfrutar cada uno a su manera del concierto. Cerca del lugar de reunión comencé a darme cuenta de que se había formado una cola en la carpa de firmas y me fui allí a echar un ojillo, y cuál fue mi sorpresa que me encontré con las firmas de Gamma Ray. Salí corriendo a avisar a uno de mis amigos que se pirra por Hansen y estaba que no se lo creía. Esperamos en la cola algo más de media hora y cuando nos tocó entrar su cara de felicidad lo decía todo.

Hansen tenía una sonrisa para todos y se mostró amable y paciente con los fans. Nos hicimos un par de fotos con él y después de reclutar las firmas de los demás nos echaron de allí. Mi amigo estaba flipando en colores, babeando al ver la foto con Kai, y con una cara de estúpido, feliz eso sí, como si se hubiera fumado el porro más grande del mundo mundial. Un poco más y se pone allí mismo a hacer reverencias.

Al salir escuchamos de fondo a Ministry ¡Qué brutos son! Vozarrón que acojona y música a toda tralla acompañado todo ello por un juego de luces no apto para epilépticos. Nos recordó que era hora de irse a mimir y con el buen recuerdo de haber conocido al mítico Kai Hansen (aunque fuera solo por unos segundos) nos dirigimos a las tiendas.

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